Cómo transmitir la pasión que genera el fútbol

NOVIEMBRE | 2015

En Rosario se encuentra La Academia de fútbol El Profe. HoySeJuega charló con Martín Graizzaro, uno de sus dueños, quien adelantó que uno de los objetivos a mediano plazo es crear un anexo para chicos con síndrome de down, además de continuar con la misión principal, que es enseñar todo lo que no se debe hacer en el fútbol: portarse mal, contestar o pelearse con el rival.

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Martín Graizzaro es árbitro de fútbol, pero antes también fue jugador. En el año 1996 su carrera iba en ascenso, había jugado en clubes como Rosario Central y Newell’s Old Boys y tenía un optimismo y esperanza desbordantes. Hasta que llegó ese partido y una patada injusta le rompió los ligamentos cruzados, quebrándole la ilusión para siempre.

Él y Leandro Fogliati, quien también es árbitro y fue jugador de fútbol aunque su carrera no prosperó, coincidieron en que la mejor manera de poner en práctica todo lo que saben y les encanta era abriendo una escuela para, además, poder transmitírselo a más gente y de esa manera brindar ese conocimiento y esa motivación a todo aquel que se acercara.

Por este motivo nació El Profe, esta Academia que desarrolla sus actividades en las dos canchas del predio ubicado en las calles Donado y Mendoza. Allí Leandro y Martin llevan a cabo la escuela de fútbol y de arbitraje, dictando 4 horas semanales para chicos de entre 3 y 15 años.

“Este proyecto nació de las ganas de transmitir toda la pasión que tenemos por el fútbol y los conocimientos que tenemos de arbitraje también. Queremos que los chicos que vienen sean árbitros, profesores o lo que sea, pero orientado al fútbol, que no se alejen de este deporte tan maravilloso. Que disfruten del fútbol, del sol, del césped. Esa es nuestra gran meta”, dice Martín, y se le quiebra la voz al explicar esos objetivos.

No hay dudas de que Martín es un apasionado del fútbol. Ama este deporte desde siempre y, desde que no puede jugarlo, también le encanta enseñarlo. Al punto que, además de poner en pie la Academia, inventó lo que llamó “Pelota didáctica”, que es, ni más ni menos, una pelota de fútbol con 16 gajos serigrafeados que es muy útil para quienes se están iniciando: “Si hacés lo que está escrito y cómo está escrito, sí o sí te va a salir bien”.

Un anexo solidario

Hace un tiempo, una mamá de uno de los chicos que asiste a El Profe, se acercó con una propuesta desafiante: habilitar horarios para chicos con síndrome de down.

Consultado sobre qué les despertó esta iniciativa, Martín asegura que enseguida entendió que tenía entre sus manos la posibilidad de comandar un grupo de chiquitos con capacidades diferentes, pero bajo la condición de tratarlos de igual a igual, de mirarlos a los ojos, de explicarles lo que está bien y lo que está mal, de retarlos si hace falta: “Son nenes puros, que brindan amor incondicional. Y nosotros con Leandro, para vivir y seguir entregándonos a esta pasión, necesitamos de ese amor y de esos sentimientos”, comenta, conmovido.

Mirá acá la primer Pelota Didáctica