Amateurismo universitario: La pasión en la Unqui

MAYO | 2018

Esperar que se termine la clase para tu partido semanal, para ese entrenamiento que te despeja de lo que estás estudiando. En la Universidad Nacional de Quilmes el deporte es importante y el fútbol no es la excepción. Demos una vuelta por la UNQUI mientras rueda la pelota.

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Miles de estudiantes caminan los pasillos de las universidades por día. Y un gran porcentaje hace actividades deportivas allí mismo. Como es de saber, el amateurismo lucha frente a diversas problemáticas, como el aspecto económico principalmente. Pero en esta ocasión es el estudio quién se enfrenta al estudiante. Charlamos con Diego Salas, DT de fútbol en la UNQ quién nos abrió la conversación diciéndonos lo siguiente: “El compromiso de los estudiantes es lo más importante. Nosotros sabemos que acá no se gana plata pero así y todo ellos se hacen un hueco en las materias y vienen a jugar con nosotros”.

En la universidad la gama de fútbol es amplia. Desde futsal hasta fútbol 11, pasando por las mujeres y hombres. Esto le brinda al alumno la posibilidad de elección pero lo más importante, aprender. Y así lo manifiesta Diego: “Tuve que insertarme en el mundo de las redes sociales para darle más difusión a este deporte y así ayudar a los alumnos. Nosotros trabajamos mucho y somos responsables porque sabemos que el fútbol es formador y eso es algo vital en el amateurismo”.

Observando una jornada de lunes por la tarde en el gimnasio de la universidad, uno puede notar la variedad de alumnos presentes. Estudiantes que practican este deporte pero que principalmente se divierten. Charlando con diferentes protagonistas nos cuentan que “el clásico” del fútbol 5 es el enfrentamiento entre comisiones. “En un rato jugamos contra los de Pensamiento Social”, nos dicen mientras arman su equipo formado en análisis matemático. Es que el mundo de este deporte, con el tinte amateur, tiene su gran crisol de equipos los cuales se forman en todo lugar imaginado. Y este es el caso en donde un grupo de compañeros del departamento de ciencia y tecnología juegan su partido semanal frente a los antagónicos de comunicación social.

Todo guiado por el espíritu de jugar, de divertirse y de despejarse. Porque todo esto es lo que genera el fútbol amateur. El jugar con amigos o desconocidos, pero pasar un buen rato persiguiendo una pelota mientras el tiempo parece no tener recorrido.

“Nosotros incluimos y nivelamos todas las actividades. No podemos prevalecer únicamente los resultados como en el profesionalismo sucede. Acá son todos estudiantes que vienen a jugar, por eso mismo el papel que desplegamos es importante para la inserción de ellos”, agrega Diego Salas mientras entrega pelotas a minutos de arrancar un entrenamiento.

Es que está claro el objetivo que siempre cumplió el fútbol y por más que los alumnos no logren llevarse con ellos una suma económica, acá lo que se busca son otros propósitos. ¿Quién no ha esperado su partido semanal? En la UNQ el espíritu que venimos hablando desde HoySeJuega es el mismo. Ese amateurismo que hace sacar una sonrisa mientras la pelota se desliza sobre el césped o el caucho, el aire libre o en un gimnasio, entre conocidos o desconocidos.

“Corré, meté, pateá” los gritos que se escuchan desde las canchas de 5. “No podemos perder contra estos”, el murmullo que sale desde uno de los vestuarios de la cancha mientras se cambian a la espera del partido.

Es que todo futbolero sabe lo que se siente cuando se está por jugar el partido. Todos vivimos esa sensación de tener que ganar y dejar todo por más que quede entre amigos.

La Universidad de Quilmes brinda esta posibilidad y desde HoySeJuega nos adentramos para vivir como el fútbol de los estudiantes cobra vida.